Toc..toc…
―¿Quién es?
―El repartidor de Amazín. Traigo su pedido.
―¿Qué pedido?
―El número 435-AS3, para Dolores García.
―Soy yo, pero he hecho varios pedidos a Amazín y ese número no me dice nada.
―Puede identificar el artículo al abrir la caja. Tiene que firmar la recepción con su huella. Por favor, abra la puerta para que pueda entregárselo.
―No puedo abrir, no estoy vestida y me da vergüenza.
―No debe tenerla, señora García, soy un androide, y los androides no tenemos sexo.
―Eso no es cierto… Mi ex se ha comprado una androide de compañía y menudos pechos tiene.
―Pero no son naturales, señora, solo son decorativos.
―A mi ex siempre le gustaron las mujeres de pechos grandes… Serán decorativos, pero menuda talla… Y no le digo nada de…
―Señora, perdone que la interrumpa, pero ya he sobrepasado el tiempo límite del que dispongo para cada entrega. ¿Puede abrir la puerta, por favor?
―Sí, ya abro… Pues para no tener sexo, lo han fabricado a usted muy bien.
―Soy un modelo estándar, señora. ¿Puede poner su dedo índice aquí?
―¿Por qué tanta prisa? ¿No quiere tomar algo? ¿Una tacita de aceite o algo así?
―No señora, muchas gracias, mi fuente de energía es eléctrica.
―Pues pase a la cocina… Hay un enchufe junto a la nevera.
―No puedo, señora García. Tengo que entregar treinta pedidos esta mañana.
―Es que hace mucho tiempo que no hablo con nadie… En el super ya no hay cajeras y han cerrado las oficinas de los bancos, y me paso todo el día sin ver a nadie.
―Puede solucionar su problema con un androide de compañía modelo Hot Puppet, que tiene hasta siete niveles de conversación. Se le entregaría esta misma tarde.
―Y… ¿Solo sirve para conversar?
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